Cómo controlar la ansiedad

La ansiedad es una reacción emocional que se produce ante situaciones que percibimos como amenazantes o estresantes.

Se caracteriza por un estado de inquietud, nerviosismo o preocupación excesiva.

Es normal sentir ansiedad de vez en cuando, pero cuando se vuelve excesiva, crónica o desproporcionada puede afectar negativamente a la salud física y mental.

Algunas posibles causas de la ansiedad son:
  • Factores genéticos: la ansiedad puede tener una base hereditaria y ser más frecuente en personas con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad.
  • Factores ambientales: la ansiedad puede estar relacionada con el estrés laboral, académico, social o familiar, así como con acontecimientos traumáticos, conflictos, pérdidas o cambios importantes.
  • Factores biológicos: la ansiedad puede estar asociada a desequilibrios hormonales, alteraciones del sistema nervioso, enfermedades crónicas o consumo de sustancias como cafeína, alcohol o drogas.
  • Factores psicológicos: el estilo de pensamiento, las creencias, las expectativas y la autoestima pueden influir en la forma de afrontar las situaciones y generar ansiedad si son negativos o irracionales.
Para combatir la ansiedad de manera natural, se pueden adoptar algunas medidas como:
  • Practicar técnicas de relajación: la respiración profunda, la meditación, el yoga o el mindfulness pueden ayudar a reducir el estrés y a calmar la mente.
  • Hacer ejercicio físico: el ejercicio libera endorfinas, mejora el ánimo y favorece el sueño. Se recomienda hacer al menos 30 minutos de actividad moderada al día.
  • Llevar una alimentación equilibrada: una dieta sana y variada puede contribuir a regular los niveles de azúcar, hormonas y neurotransmisores que intervienen en la ansiedad. Se deben evitar los alimentos procesados, azucarados o estimulantes y aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y pescado azul.
  • Cuidar el sueño: dormir bien es fundamental para la salud mental y física. Se debe procurar mantener un horario regular de sueño, evitar las distracciones como el móvil o la televisión antes de acostarse y crear un ambiente cómodo y oscuro en el dormitorio.
  • Aprender a manejar los pensamientos negativos: la terapia cognitivo-conductual puede enseñar a identificar y modificar los pensamientos irracionales o distorsionados que generan ansiedad y a sustituirlos por otros más realistas y positivos.
  • Afrontar los miedos: evitar las situaciones que provocan ansiedad puede reforzarla a largo plazo. Se recomienda enfrentarse gradualmente a los estímulos temidos con ayuda de un profesional si es necesario y aplicar las estrategias de afrontamiento aprendidas.
  • Buscar apoyo social: compartir los problemas con personas de confianza puede aliviar la carga emocional y proporcionar consejo o ayuda. También se puede recurrir a grupos de autoayuda, la comunidad de fe o terapias psicológicas si se necesita una orientación profesional.

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