Sal a caminar

No tengas miedo, no te presiones ni te exijas demasiado; un paso a la vez.
HACE VARIOS AÑOS estuve sumido en una depresión que afectó tanto mi salud física como mental. Esta depresión fue, a la misma vez, causa y efecto de un debilitamiento físico, mental y espiritual que parecía no tener un final previsible. Cada mañana amanecía mareado, sin fuerzas ni ganas para enfrentar el nuevo día.

Dentro de la impotencia y el desconocimiento de lo que me estaba pasando, decidí tomar control de lo poco que podía ocuparme para recuperar, al menos, parte de mi bienestar. Comencé a caminar por las tarde, poco antes de oscurecer, durante cinco minutos. Luego fui aumentando la caminata a diez, quince y hasta veinte minutos, tres días a la semana. En la siguiente visita al médico, los niveles de colesterol y triglicéridos habían descendido. Ya estaba ganando la batalla.

Caminar me derivaba una sensación de bienestar sicológico más que físico; en el plano físico la caminata representaba un verdadero desafío y esa es la explicación de la brevedad de la misma al principio del "proyecto". Cada atardecer me entraban una ganas inmensas de salir a caminar, aunque no me tocaba en ciertos días, sino que lo hacía en días alternos por aquello de dar tiempo a que las rodillas se desinflamaran.

Recientemente estuve leyendo un artículo médico sobre los beneficios de caminar; no sabía que fueran tantos, muchos más que los que sabía. Es más, dentro de mi ignorancia, estaba caminando torpemente hacia mi rehabilitación física y mental... Ahí se van a la mismísima porra los altos niveles de colesterol y triglicéridos; el sobrepeso sufrió una aplastante derrota; el estrés desapareció y no lo he vuelto a ver; la depresión... ¿Qué es eso? una lejana sombra funesta del pasado.

Se dispararon los niveles de entusiasmo, la creatividad, de socialización... La vida volvió a ser de colores aún en los días nublados. Las cosas que antes me apasionaban volvieron a la vida: la lectura, oír la música de los ochenta, hacer manualidades y realizar mis negocios de una manera más inteligente. Estudié computadoras para cambiar de la profesión de diseño gráfico a algo con mayor demanda y terminé casando ambas profesiones en una editorial. Ahora estoy terminando un bachillerato en administración empresas (después de viejo) para estar en la ruta hacia nuevos y más desafiantes proyectos.

¡Sal a caminar! No tengas miedo, no te presiones ni te exijas demasiado; un paso a la vez. El primer paso se da en tu mente y los demás, no importa cuántos sean, se van agregando a tu propio ritmo. Solo te pido cinco minutos... para empezar ¡hoy mismo!


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